sábado, 29 de septiembre de 2007

HISTERIA

La otra avenida del deseo es el karma y la cruz condenatoria el amor.
Somos esfinges caídas,
el viento arrastra con nuestras cabezas de tamaño gigante,
pero nuestras extremidades siguen ancladas en la arena desértica.

Afuera siguen de pie un sin número de relojes blandos,
tic tac,
sonando sin descanso bajo una lluvia de densa niebla.

Vagones sin trenes a que seguir…

Literas sin soldados…

¡El fin del mundo! Es un graffiti

Cuando vendrá?

Con el sol asediando nuestras frentes como si fuéramos alimañas,
seguimos ahí derrotados por los sentidos.

Es la lógica de nuestro tiempo

Un aviso luminoso
¡novedad!

Uno de nosotros se atoro en la arena y los demás pasan por encima de él,
nadie se puede salvar de la nueva oferta…

Serviles,
para eso parieron nuestras madres,
para servir y para órdenes acatar,
adorad el mandamiento primero y serás feliz en cuotas.

¡Silencio!
Asomó la cabeza el capataz y hay que rezar…

1 comentario:

J.D.G (Manu) dijo...

Es bueno ver que puedo alejarme por un tiempo y que al regreso este oasis de poesía sigue vivo en la red. Mis saludos de regreso desde el olvido - el mio - y la ausencia camarada.

J.D.G. (Manu)