jueves, 23 de agosto de 2007

DISPLACENCIA

Retorno a lo eterno, al retoño; a un capullo, larvateando mis primeros pasos, esquivando a las necedades del ser político
Vituperando seres de turno, apariciones holográficas de momento: bóvedas de prejuicios
Aludes de desconcertadas injusticias ó de justicias concertadas
Peripatéticas consolas de un eterno “game over”
Fracasos sistemáticos y prolongados por periodos triatómicos ó cuadripléjicos
Banderas fetiches, globos de fiesta y una gran torta que repartir
Una celebración más bien familiar, sin patos; sin gentuza, sin plebe
Soluciones a grandes espejismos consecuencia de grandes tragedias, de insondables vacios del vulgo, de una grieta infinitesimal
Por eso odio a los números, porque están presentes en todas ellas, con sus cifras grandilocuentes, multiplicación de las desdichas humanas
Administradores de estadísticas por obra, pensamiento, palabra y omisión
Nuestros gobernantes, esos son; nosotros los gobernados, no somos
Bienaventurados los gobernados, pues de ellos depende su bienestar y futuro
Los otros de retorno al retoño, al capullo: a lo eterno.

1 comentario:

Sebastián Liera dijo...

Daniel, heme aquí; vengo de leerte en ésa suerte de antioda que en México viene al dedillo ahora que la clase política, la profesional, la de arriba, se prepara para su función del 1 de septiembre al que llaman "Informen presidencial".

Gracias por tu visita a La otra chilanga; pero sobre todo gracias por invitarme a venir y compartirme tu palabra, que es tuya desde el momento en que la labras tras escoger una a una a sus criaturas, perras negras de las que hablara Cortázar; además, las palabras, como la tierra, son de quien las trabaja, ¿o no?

Saludos desde México.