sábado, 29 de septiembre de 2007

HISTERIA

La otra avenida del deseo es el karma y la cruz condenatoria el amor.
Somos esfinges caídas,
el viento arrastra con nuestras cabezas de tamaño gigante,
pero nuestras extremidades siguen ancladas en la arena desértica.

Afuera siguen de pie un sin número de relojes blandos,
tic tac,
sonando sin descanso bajo una lluvia de densa niebla.

Vagones sin trenes a que seguir…

Literas sin soldados…

¡El fin del mundo! Es un graffiti

Cuando vendrá?

Con el sol asediando nuestras frentes como si fuéramos alimañas,
seguimos ahí derrotados por los sentidos.

Es la lógica de nuestro tiempo

Un aviso luminoso
¡novedad!

Uno de nosotros se atoro en la arena y los demás pasan por encima de él,
nadie se puede salvar de la nueva oferta…

Serviles,
para eso parieron nuestras madres,
para servir y para órdenes acatar,
adorad el mandamiento primero y serás feliz en cuotas.

¡Silencio!
Asomó la cabeza el capataz y hay que rezar…

lunes, 24 de septiembre de 2007

MADRUGADA

Todavía tengo en la punta las ganas de parpadear de nuevo; de hacerlo en tu lengua…
Cierro uno o dos capítulos de mi vida, encierro el resto, enciendo una vela y rezo un padre nuestro…
Sigo ahí vivo, pero tendido cual cadáver esperando el rito sacrílego de los fieles: el último paseo, la última visita del muerto
Curiosos mórbidos se acercan a mi ventana, presentándose como sombras y a veces, como troncos de árboles
Del verde poco, más bien de un terracota hondo teñido de sangre de héroes
Todo sabe al polvo de los moribundos
Se levantan unos y todos se agachan a recoger su miseria
Pero nadie se despierta
Hago hoy una promesa solemne: que mañana cuando este en pie me detendré un instante y se lo dedicaré a esta inhumana humanidad.